¿Por qué Estados Unidos continúa apoyando ciegamente este ejercicio unilateral de limpieza étnica?

Layan al-Silk, niña palestina asesinada por Israel

Layan al-Silk, niña palestina asesinada por Israel
Layan al-Silk, niña palestina asesinada por Israel

Por: Brian Eno*

Estimados todos:

Siento que rompo una regla no escrita con esta carta, pero no puedo callar más.

Hoy vi una fotografía de un palestino que lloraba, mientras sostenía un contenedor plástico y una bolsa de carne. Era su hijo. Fue triturado (según el hospital) por un ataque de misiles israelíes –aparentemente usando su fantástica nueva arma, las bombas flechette. Probablemente ustedes las conocen: cientos de pequeños dardos de acero montados alrededor de un explosivo que arranca la piel humana. El niño era Mohammed Khalaf al-Nawasra. Tenía cuatro años.

De pronto me encontré pensando que uno de mis hijos podría ser el de esa bolsa, y esa idea logró hacerme enojar más que muchas otras cosas.

Luego leí que Naciones Unidas dijo que Israel podría ser culpable de crímenes de guerra en Gaza, y que querían lanzar una comisión al respecto. Estados Unidos no la apoyaría.

¿Qué está pasando en Estados Unidos? Sé de propia experiencia lo sesgado de sus noticias, y qué poco se escucha el otro lado de esta historia. Pero –¡por amor de Dios!– no es tan difícil enterarse. ¿Por qué Estados Unidos continúa apoyando ciegamente este ejercicio unilateral de limpieza étnica? ¿POR QUÉ? Simplemente no entiendo. Odiaría pensar que es sólo por el poder del AIPAC [American Israel Public Affairs Committee]… pues, en ese caso, entonces tu gobierno es simplemente corrupto. No, no pienso que esa sea la razón… pero no tengo idea de cuál pueda ser.

El Estados Unidos que yo conozco y aprecio es compasivo, de mente abierta, creativo, ecléctico, tolerante y generoso. Ustedes, mis cercanos amigos estadounidenses, simbolizan todo eso para mí. ¿Pero cuál Estados Unidos está apoyando esta horrible guerra colonialista y unilateral? Podemos descifrarlo: sé que ustedes no son las únicas personas como ustedes, ¿entonces cómo fue que todas esas voces no se están escuchando o siendo registradas? ¿Por qué no es tu espíritu en lo que la gente piensa cuando escucha las palabras ‘Estados Unidos’? ¿Qué tan malo es cuando el país que asienta su identidad, más que ninguno otro, en nociones como libertad y democracia, va y pone su dinero exactamente donde su boca no está y apoya una teocracia racista y furiosa?

El año pasado estuve en Israel con Mary. Su hermana trabaja con la UNWRA [Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo] en Jerusalén. Con nosotros iba un palestino, Shadi, esposo de su hermana y guía profesional, y Oren Jacobovitch, un judío israelí, ex-mayor de las IDF [Fuerzas de Defensa Israelíes], que abandonó el servicio bajo una tormenta por negarse a golpear palestinos. Junto a ellos vimos algunas cosas desconcertantes: casas palestinas acorraladas por alambre de púas y láminas para evitar que los colonos lancen mierda y orines y toallas sanitarias usadas a los habitantes; niños palestinos de camino a la escuela siendo golpeados por niños israelíes con bates de baseballante la risa y el aplauso de sus padres; todo un pueblo expulsado viviendo en cavernas mientras tres familias colonizadoras se mudaban a sus tierras; un asentamiento israelí en la cima de una colina vertiendo sus desechos directamente en los campos de cultivo palestinos en las faldas; El Muro; los puntos de revisión… y toda la interminable humillación diaria. Sigo pensando, ‘¿los estadunidenses realmente apoyan esto? ¿Realmente piensan que está bien? ¿O simplemente no se han enterado?’.

Sobre el proceso de paz: Israel desea el proceso, pero no la paz. Mientras ‘el proceso’ sigue en marcha, los colonizadores continúan tomando tierra y construyendo asentamientos… y finalmente, cuando los palestinos lanzan sus patéticos fuegos artificiales, son golpeados y destrozados con misiles de última tecnología, llenos de uranio, porque Israel “tiene derecho de defenderse a sí mismo” (aunque los palestinos claramente no). Y las milicias colonizadoras siempre están felices de golpear algo o destruir el olivar de alguien mientras el ejército mira hacia otro lado. Por cierto, muchos de ellos no son étnicamente israelíes: son judíos del ‘derecho al regreso’ de Rusia y Ucrania y Moravia y Sudáfrica y Brooklyn que llegaron recientemente a Israel bajo la noción de que tenían un derecho (¡divino!) inviolable a la tierra,y que ‘árabe’ es igual a ‘plaga’ –racismo de la vieja escuela desplegado con la misma fanfarronería arrogante y desvergonzada que los viejos chicos de Louisiana apreciaban tanto. Esa es la cultura que nuestros impuestos están defendiendo. Es como mandarle dinero al Ku Klux Klan.

Pero más allá de esto, lo que realmente me preocupa es el cuadro general. Nos guste o no, a los ojos de la mayor parte del mundo, Estados Unidos representa a ‘Occidente’. Así que parece que Occidente está apoyando esta guerra, a pesar de nuestros grandes discursos sobre moralidad y democracia. Temo que todos los logros civilizatorios de la Ilustración y la Cultura Occidental sea desacreditados –para regocijo de los locos Mullahs– por esta flagrante hipocresía. La guerra no tiene justificación moral para mí –pero ni siquiera tiene un valor pragmático. No tiene sentido ni en la ‘realpolitik’ kissingueriana; simplemente nos hace quedar mal.

Lamento molestarlos con todo esto. Sé que están ocupados y en diferentes niveles de alergia a la política, pero esto va más allá de la política. Se trata de que estamos despilfarrando el capital civilizatorio que hemos construido por generaciones. Ninguna de las preguntas de esta carta son retóricas: realmente no lo entiendo, y quisiera entender.

*Músico

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