El triunfo de Cariaco

Ni amenazas de presiones quebraron la unidad de la población.

Ni amenazas de presiones quebraron la unidad de la población. La pelea del pueblo del municipio Ribero en rechazo a la construcción de la cárcel comenzó el 17 de septiembre, cuando el INTI dictaminó el comienzo de las obras

Cuando el martes 8 de octubre llegó el aviso de que el Consejo Legislativo del Estado Sucre y el gobernador Luis Acuña habrían aprobado la paralización de la construcción de la cárcel de Queremene, a 1,5 kilómetros de Cariaco, cerca de la Universidad Politécnica del Oeste de Sucre Clodosbaldo Russián, la comunidad pudo celebrar el triunfo de una batalla que había comenzado el 1° de septiembre, cuando se iniciaron los movimientos de tierra, y se radicalizaron el 17 de mes pasado cuando, luego de cartas solicitando la reconsideración, Irina Atilano, en representación del Instituto Nacional de Tierras, ratificó la continuación de la construcción de la obra.

Dos días de cierre de la carretera nacional Carúpano-Cumaná, un paro cívico y una protesta frente la sede del Ministerio del Servicio Penitenciario en Caracas habían logrado su objetivo. Cariaco lo había logrado.

Gracias a Dios. Ese martes en la noche, buena parte de los 40.000 habitantes del municipio dieron gracias a Dios por la paralización del proyecto con una vigilia en la plaza Bermúdez. Luego de esta victoria son muchas las expectativas de los vecinos de Cariaco, que se dieron cuenta del poder que tienen si se unen.

Beltrán Vallejo, miembro del comité por la no construcción de la cárcel, señaló que como voceros manifestaron felicitaciones al pueblo por su comportamiento cívico.

“La gente ha sentido con mucha alegría. No nos oponemos a la construcción: entendemos que hay un hacinamiento en Carúpano y Cumana. Nuestro rechazo era por el lugar. También queremos ser propositivos, estamos dispuestos a colaborar”, dijo.

Richard Salamanca, dirigente sindical petrolero, afirmó que el anuncio de la paralización de la obra fue un momento trascendental para población. “Fue un éxito importante e histórico. Ribero estaba dispuesto a hacer cualquier cosa, todavía estamos en la lucha”.

Eloy Astudillo, productor agrícola de Queremene, también celebró la noticia: “Estoy muy feliz. En realidad, yo vivo cerca del lugar donde iban a hacer esa cárcel. No íbamos a poder producir nada. Todo eso sería invadido, íbamos a estar sujetos a los pranes. La pelea en unión se puede”.

Juan Carlos Navarro, estudiante, indicó que siempre vieron como algo negativo la construcción de la cárcel. “Lo tomamos como una imposición gubernamental. Emprendimos una lucha para detener la cárcel que iba a desestabilizar nuestro municipio. El decreto dibujó una sonrisa a nuestro pueblo”.

Las presiones

Pocos días después del paro cívico que reunió a más de 5.000 personas, la tensión y las ganas de luchar se incrementaron cuando un grupo de personas vestidas de rojo hicieron pintas en las paredes de instituciones como la alcaldía, la Casa de la Cultura y en el edificio que está ubicado en el sector Los Bloques en donde se realizó la concentración el lunes 30 de septiembre. Las paredes estaban pintadas con palabras: “Sí al centro, paro procesado y no te comas la luz”.

Representantes del comercio, concejales y miembros del comité en rechazo de la construcción aseguran que todo Cariaco está convencido de que el gobernador Luis Acuña pagó un autobús a los autores de las pintas a Cumaná, donde amenazaron a algunos medios de comunicación y también les dieron pintura para rayar las paredes. “Luego, hubo una llamada sospechosa al programa del reportero Félix Bejarano de un supuesto pran de Cumaná y les exigió a los habitantes cesar la manifestación, si no sus familiares presos pagarían con la vida”, refirieron los denunciantes.

En los primeros días de este mes conversaron con la Comisión de Asuntos Penitenciarios de la AN, presidida por Andrés Eloy Méndez, quien les mostró la disposición de resolver el problema buscando otro terreno, mientras que el gobernador Luis Acuña, en una última reunión, llamó hipócritas a los asistentes a una asamblea en la que participaron cerca de 700 personas.

Razones para el rechazo: agricultura, turismo y miedo

El movimiento de tierra y de maquinarias se estaba realizando en parte de las 3.700 hectáreas agrícolas donde cultivan sólo 70 agricultores. Es por ello que 98% de los 40.000 habitantes de esa localidad se unieron para luchar contra la construcción de la cárcel o el centro de rehabilitación, señaló Miguel Vásquez, miembro del Comité contra la Cárcel en Cariaco.

Lourdes Maican, habitante de Morahal, indicó que las comunidades de ese sector de Queremene tienen una sola salida y entrada, la cual va para la península de Araya en Cruz Salmerón Acosta y a la isla de Margarita en Nueva Esparta. “Si llega a construirse la cárcel no habrá turismo en Cariaco. Estamos luchando para que no se construya ese lugar, pero las amenazas existen contra nosotros los habitantes de esta zona, nos dicen los obreros y familias, cerca de 60 personas, que si no construyen el centro de rehabilitación vamos a pagar con nuestras cabezas”, afirmó.

A eso se sumaba la preocupación por los problemas propios de las cárceles en el país: los habitantes de Cariaco temían por el incremento de la inseguridad, la extorsión, el secuestro, el tráfico de drogas, de armas, la proliferación de las invasiones y de la prostitución.

Las cifras

98% de los 45.000 habitantes de Cariaco están en contra de la cárcel, según una encuesta hecha por el mismo Gobierno

3.700 hectáreas de producción agrícola iban a ser afectadas por la construcción del penal

475 comerciantes se manifestaron en contra de la construcción de la cárcel. “Se nos irá el poquito de comercio que tenemos”, dijo Pascual De Santis, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Ribero.

40 millones de bolívares aprobó el Gobierno para la producción agrícola en el terreno donde se construirá la cárcel en Queremene.

@marimagdys

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